Noelia es mamá de dos niños de 6 y 7 años. Os podéis imaginar cómo es el día a día de esta familia. Dos chicos prácticamente de la misma edad pero tan distintos…con sus juegos, risas, alborotos, peleas y roces de convivencia típicos de esta etapa.
En fin, una familia que quiere EDUCAR con mayúsculas y que también tiene dificultades como todo hijo de vecino, ¿os suena, verdad? Una familia que no se conforma con “ir tirando”, no se dice “¡Total son unos años! Ya pasarán… además todo el mundo está igual!”. Quiere crecer y disfrutar de sus hijos, ya que… ¿podemos educar al tiempo que disfrutamos de nuestros hijos? ¡Claro que si se puede!
Noelia, movida por la curiosidad y guiada por su intuición los llevó a extraescolares de educación emocional y se benefició de sesiones individuales con los chicos. Así, con un trabajo más personalizado y profundo los cambios brotan con mayor facilidad. Cuidar la relación, invertir en fortalecerla, es el principal objetivo de la educación emocional.
¡¿Quién no quiere esto para sus hijos?!
Con una sonrisa llena de luz, Noelia me dijo que “sus hijos habían ganado en conocimiento de sus propias emociones y autoestima”. Conocimiento (y reconocimiento) de las emociones significa alfabetización emocional, ponerles nombre porque se identifican (en uno y en el otro) y se aprecian matices o mezcolanzas gracias a manejar más y mejor el vocabulario.
Y, ¿cómo contribuía esto en la armonía familiar?, “Mar –me decía-, son más capaces de explicarnos lo que les pasa y que nosotros comprendamos mejor aquello que les está ocurriendo”. En casa hay espacio para hablar de emociones y ello nos lleva a respetarnos todos mucho más y mejor. Noelia estaba feliz cuando me decía que la relación entre hermanos había mejorado mucho. La sentía más fuerte, más trabajada. Los pequeños conflictos, que siempre aparecen, los resolvían entre ellos con mayor facilidad al disponer de más herramientas y habilidades. ¡Prueba superada!
La verdad, es que testimonios como este son un reconocimiento que anima a seguir y seguir adelante.
Gracias Noelia, gracias por tus palabras.
Y TÚ, FAMILIA… ¿TE ANIMAS A ADENTRARTE EN LA MAGIA DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL? ¡TE ESPERO!
Mar