Siempre que recomiendo un libro, una herramienta, una película o una metodología lo hago porque para mí ha sido útil y desde la humildad más absoluta. Teniendo en cuenta que cada ser humano es distinto, cada niño y tú como educador/a está en un momento determinado , en nuestro camino y en momento y situación distinto. Por eso, lo que me puede servir a mí, no te puede servir a ti y al revés.

Por eso siempre digo, no me creas, pruébalo y si te funciona, será bueno para ti, sino deséchalo. Yo misma, que soy curiosa y una buscadora y aprendiz constante, pruebo infinidad de cosas y muchas, no me han funcionado. Por eso, te insto a que pruebas lo que realmente te resuena de la infinidad de herramientas que a día de hoy tenemos acceso para mejorar tu vida, eso sí, deja de quejarte y haz algo, porque hemos venido aquí a ser felices, así que no te distraigas 😉

Hoy recomiendo este libro que ofrece Tania García, a la que admiro profesionalmente desde hace mucho tiempo. Me han gustado muchas herramientas que ofrece y las voy a poner en práctica y a ti, te sugiero lo mismo, coge aquellas herramientas que más te resuenen y para las que estés preparado y ponte manos a la obra a practicar. No desistas en los primeros pasos, una maratón no se consigue con el primer día que sales a correr.

Una de las cosas que más me ha gustado es que te ofrece un viaje a tu interior, a tu pasado, donde se cuestiona lo aprendido de los padres, y con ello de nuestras heridas que condicionan nuestra manera de educar. ¿No pensamos muchas veces… pero si esto lo hacía mi madre y/o mi padre? Cuestiona si eso es lo que mejor ha funcionado para ti.